Los conocidos intentos de los nacional-Españolistas, por mostrar una historia mocolor uniforme, a su ola de pensamiento liberal-jacobino, hace que cada nuevo descubrimiento de los historiadores revisionistas, se vea como un ataque directo a su Españolidad, y como si fuera parte de un complot judío masonico, el tratar de describir la historia en base a la verdad, y no una historia manipulada en base a mitos entorno a apuntalar una ideología, como es el nacional-españolismo de corte jacobino y liberal (o el separatismo en algunos casos dos caras de la misma moneda). Despreciando la pluralidad de reinos con sus fueros y la terminología de las Españas estaoa haría tratar a un carlista de traidor a España por no aceptar esa manipulación monocromatica de la idea única de España ESTADO-NACIÓN surgida del liberalismo y de la revolución francesa, cuando resulta nada menos es esperpentico y monstruoso tratar de traidor a un carlista cuando nada tiene de antiespañol tiene el carlismo.
De la misma manera Miguel Ángel Revilla al igual que muchos historiadores revisonistas, que encendieron el orgullo de los asturianos, defiende públicamente que Don Pelayo, figura clave en la Reconquista, era en realidad, no asturiano, sino cántabro.
De la misma manera Miguel Ángel Revilla al igual que muchos historiadores revisonistas, que encendieron el orgullo de los asturianos, defiende públicamente que Don Pelayo, figura clave en la Reconquista, era en realidad, no asturiano, sino cántabro.
“No puedo ir a #Liébana sin venir a saludar a D. Pelayo, oriundo de #Cosgaya”, escribió en su perfil de Instagram el presidente cántabro, acompañándolo de una fotografía junto a la estatua del caudillo que protagonizó la batalla de Covadonga contra las tropas del general musulmán Alqama.
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