sábado, 20 de octubre de 2018

Urkullu propone una España confederal inspirada en el modelo de la Unión Europea

El lehendakari reclama “determinación” en el camino de la distensión y del diálogo en Cataluña

“Nuestro referente, Europa, es un ejemplo en su funcionamiento de democracia plurinacional”. El lehendakari, Íñigo Urkullu ha desgranado este jueves hacia dónde avanza el modelo de nueva relación con España que persigue con el nuevo Estatuto, y ha explicado que se puede resolver la actual crisis territorial simplemente con mirar a la UE y adoptar un modelo confederal pactado que dé cabida a las diferentes realidades nacionales. No es la primera vez que Urkullu apela a una confederación de Estados, pero si la primera que ha bajado más al detalle con ejemplos en los que fijarse para resolver los problemas territoriales.

“El modelo confederal funciona para dar solución a realidades en las que conviven diferentes sentimientos de pertenencia nacional”, ha dicho durante su exposición en el pleno de política general, en el Parlamento vasco. Urkullu ha vuelto a abogar por un pacto interno entre los partidos vascos, mayor que el que impulsó el Estatuto de Gernika, y después otro con el Estado para inaugurar una nueva etapa de entendimiento y lealtad.

Sin citar a Cataluña en este epígrafe de su discurso, ha explicado que en Europa se pueden encontrar ejemplos de cómo resolver contenciosos de carácter territorial y ha citado el de Escocia y Gran Bretaña, el de Bélgica y su modelo de federalismo asimétrico, el de Suiza con su esquema de “soberanía compartida, y ha citado también el de Baviera y el federalismo alemán “basado en la subsidiariedad y en la lealtad multilateral federal”. Pero también ha aludido a la organización institucional vasca con tres provincias que conviven junto al Gobierno vasco, gracias a un pacto de igualdad. Las provincias disponen de parlamentos y ejecutivos provinciales con competencias exclusivas como la recaudación de impuestos. “La foralidad tiene un sentido esencialmente confederal y este modelo funciona, ¿por qué no aplicarlo en el Estado? se ha preguntado. 

Además, para armar una estructura de Estado como la citada no sería necesario -sostiene Urkullu- una reforma constitucional, sino “una relectura más ambiciosa de la Disposición Adicional Primera de la Constitución y de la Disposición Derogatoria que considera definitivamente derogada la Ley de abolición foral de 25 de octubre de 1839”. No ha citado, sin embargo, que sin reforma constitucional, el único Estado confederado sería Euskadi. Para Urkullu “la Disposición Adicional y la Derogatoria de la Constitución de 1978 contienen, de manera implícita, un potencial que no ha sido desarrollado en plenitud”.

Una potencialidad que según ha dicho desde la tribuna puede propiciar el “pleno reconocimiento de la personalidad política de nuestro Pueblo y un conjunto de poderes, singular y único, que permita el desarrollo de las aspiraciones colectivas”. El lehendakari solo ha citado una vez el derecho a decidir, para asegurar que según su opinión habría que “enlazarlo con la voluntad de acuerdo” de los partidos políticos.

Avanzar en la distensión
El lehendakari apela a la “determinación” de todas las partes para superar la situación de “permanente bloqueo político e institucional en Cataluña”. Íñigo Urkullu prácticamente ha comenzado su discurso en el debate de política general con un emplazamiento genérico a sus principales actores para avanzar en la distensión y el diálogo en Cataluña.  “Apuesto por avanzar con determinación en procesos de distensión. Distensión y diálogo”, ha dicho. Y ha colocado en el punto de mira de ese proceso el final del encarcelamiento preventivo de todas las personas que participaron en el procés. “La prisión provisional no es una medida proporcionada ni justificable desde el punto de vista del procedimiento judicial”, ha emplazado. Pero a los líderes catalanes también les ha puesto tarea para afrontar una coyuntura en la que el lehendakari ve posibilidades de éxito, al asegurar que el diálogo ha de plantearse y desarrollarse “con vocación y voluntad real de acuerdo”.

El lehendakari se reunió a finales de agosto con Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana encarcelado, y tras esa visita explicó que la excarcelación de los líderes del procés permitiría escuchar mejor sus voces y hacer unos análisis de la situación más precisos. Una visita que generó alguna tensión con JxCat. Unos días después habló por teléfono con el president Quim Torra y le reiteró que no va a dejar de ayudar “desde la buena fe” para lograr gestos que destensen la situación política y social en Cataluña.

Urkullu afronta el nuevo curso con una buena relación y estabilidad institucional con el Gobierno central gracias al apoyo que prestó a la moción de censura contra Mariano Rajoy, pero con algún problema más en Euskadi, donde ese apoyo complica la participación del PP en los Presupuestos. A la coalición PNV-PSE-EE, le falta un escaño para tener la mayoría absoluta. Las últimas dos cuentas públicas se han aprobado con una participación del PP, que ahora está en entredicho.

Para Urkullu es positiva la “nueva actitud formal” del Gobierno de Pedro Sánchez. Pero no solo vale con eso. En su opinión es necesaria una implicación decidida de las “diversas estructuras del Estado”, para avanzar también en Euskadi, en el desarrollo pleno del Estatuto y en un acuerdo entre administraciones y partidos para resolver la crisis territorial en la que está sumida España.  “Confío en que las diversas estructuras del Estado demuestren una mayor sensibilidad hacia su propio carácter plurinacional”, ha dicho tras precisar que aprecia en el Gobierno de Pedro Sánchez una nueva actitud formal.

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