1916 marca el inicio de la Irlanda contemporánea. Precisamente este año se cumple el 90º aniversario de un acontecimiento que cambió la historia de la isla: la sublevación de Pascua. Irlanda fue la primera colonia inglesa y, tras setecientos años de ocupación, no estaba dispuesta a ser la última en descolonizarse. Así, mientras el ejército británico se encontraba enfrascado en la Gran Guerra (la que se conocería más tarde como la I Guerra Mundial), el Lunes de Pascua, 24 de abril de 1916, las milicias nacionalistas irlandesas (el Ejército Ciudadano Irlandés, del sindicalista James Connolly, y los Voluntarios Irlandeses) ocupan la Oficina Central de Correos (General Post Office), considerado uno de los símbolos del poder inglés en Dublín. Siete hombres, encabezados por el poeta Pádraig (Patrick) Pearse, constituidos en Gobierno Provisional, proclaman la República Irlandesa.
La rebelión estaba condenada al fracaso, al haberse concebido como un acto romántico sin la preparación precisa y sin el imprescindible respaldo popular. Fue la última insurrección fallida de una larga lista que recorre siglo tras siglo la historia irlandesa. A la sublevación, Londres responde con la ejecución de los líderes republicanos y con una ola de represión tan violenta que obtiene un efecto no deseado: la mayoría social, que hasta entonces no respaldaba la vía revolucionaria, comienza a simpatizar con el Sinn Féin, el movimiento político que representa el nacionalismo irlandés. De hecho, en las elecciones generales británicas de diciembre de 1918, las urnas dan a los nacionalistas una contundente mayoría con el 70% de los votos en Irlanda. Los diputados del Sinn Féin rehúsan ocupar sus escaños en Westminster y, en claro desafío, se constituyen en Dublín en el primer Dáil Éireann (Parlamento irlandés).
La represión abrió entonces el camino de la Guerra de Independencia, que terminaría en 1921 con el Tratado angloirlandés que consagra la partición de la isla en dos: un Estado Libre (formado por los 26 condados del Oeste, Este y Sur) y una provincia británica en los 6 condados del Norte. Aquí se encuentra el origen del conflicto norirlandés que conocemos en la actualidad.
El Estado Libre, que nació en medio de una guerra civil entre nacionalistas, enfrentando trágicamente a defensores y detractores del Tratado particionista, sin embargo fue consolidando el camino hacia la independencia irlandesa, rompiendo paulatinamente lazos con Londres hasta la definitiva constitución de la República en 1948. Por eso, la República irlandesa de hoy se considera heredera de aquellos rebeldes de 1916.
“Ní neart go cur le chéile”.
(Proverbio irlandés: “No hay fuerza sin unidad”).
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