Articulo sacado del periódico Libertad Digital
Todos los nacionalismos imperialistas, totalitarios e intransigentes han soñado con una GRAN patria hecha a base de retales con territorios de otros paises, de otros pueblos. Todos esos imperialismos -como el alemán, el astro-húngaro, el serbio,...- han terminado fracasando y tras algún tipo de conflicto internacional han acabado fragmentando a su propio país, exactamente justo lo contrario de lo que pretendían. Pensemos en la Gran Alemania Hitleriana y su posterior división en dos Estados y algunas cesiones territoriales a Polonia; o el caso del Imperio austro-húngaro que acabo descomponiéndose en diversos Estados (Hungría, Austria, República Checa, Eslovaquia,...); o el caso más actual de Serbia (de la Gran Serbia de Milósevic que pretendía anexionarse parte de Croacia o de Bosnia) se pasó a una Serbia sin Kosovo ni Montenegro.
El caso del castellanismo imperialista se basa en una obsesión permanente -y yo diría que auténticamente enfermiza- con Cantabria y otros territorios que no son castellanos. Como es el caso de Crapetania, Cantabria, Leon etc. En el caso de Cantabria se debe sin duda a que Castilla carece de una salida al mar. Hasta la independencia de Portugal fue Oporto su puerto natural y desde el siglo XII el imperialismo castellano viró sus ojos hacia Cantabria por esta razón, sometiendo a los puertos cántabros hasta la creación del Consulado de Santander a la tiranía e insolidaridad del Consulado de Burgos.
Pero la realidad siempre es tozuda. Es imposible que un pueblo, como es el caso del pueblo cántabro, que nunca se ha sentido ni por asomo castellano, y que está muy orgulloso de sus costumbres e identidades propias esté gustoso de hacerle el juego al imperialismo castellanista. La prueba es que mientras en Cantabria gobierna un partido cantabrista (el PRC), en Castilla el castellanismo es absolutamente irrelevante (incluso ha perdido apoyos en su feudo natural e histórico de Burgos), por lo que si hay un fracaso constatado es el del castellanismo.
NI CANTABRIA, NI LEON, NI CARPETANIA necesitan ninguna tutela ajena de cariz imperialista castellana porque sabe y quiere gobernarse a si misma. Allá quienes quieran seguir perdiendo el tiempo a lo tonto.
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